Joaquín Sabina es ese cantante y poeta cuya figura ha trascendido a la categoría de mito popular gracias a una obra artística que ha universalizado la visión irreverente y pasionalmente bella de la vida desde la nocturnidad alevosa, el amor febril y el desamor sin paliativos. Versos y estrofas que pecan de desairado sincericidio y arañan utopías y libertades, y que le han convertido en la figura indispensable de la música contemporánea y la poesía de calle en español.
Maestro del cuento cantado, incorregible vividor, roquero de corazón, cantautor de guardia, Joaquín Ramón Martínez Sabina nace en Úbeda (Jaén, España) en 1949;
Amor se llama el juego
Hace demasiados meses Que mis payasadas no provocan tus Ganas de reír
No es que ya no me intereses Pero el tiempo de los besos y el sudor Es la hora de dormir
Duele verte removiendo La cajita de cenizas que el placer Tras de sí dejó
Mal y tarde estoy cumpliendo La palabra que te di cuando juré Escribirte una canción
Un Dios triste y envidioso Nos castigó Por trepar juntos al árbol Y atracarnos con la flor de la pasión
Por probar, aquel sabor
El agua apaga el fuego y al ardor los años Amor se llama el juego en el que un par de ciegos Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor, y cada vez más rotos Y cada vez más tú Y cada vez más yo, sin rastro de nosotros
Ni inocentes ni culpables Corazones que destroza el temporal Carnes de cañón
No soy yo ni tú ni nadie Son los dedos miserables que le dan Cuerda a mi reloj
Y no hay lágrimas que valgan, para volver A meternos en el coche Donde aquella noche en pleno carnaval Te empecé a desnudar
El agua apaga el fuego y al ardor los años Amor se llama el juego en el que un par de ciegos Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor, y cada vez más rotos Y cada vez más tú Y cada vez más yo, sin rastro de nosotros
El agua apaga el fuego y al ardor los años Amor se llama el juego en el que un par de ciegos Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor, y cada vez más rotos Y cada vez más tú Y cada vez más yo, sin rastro de nosotros